Entrevista a Luis Villanueva
En este número, entrevistamos a Luis Villanueva, uno de esos profesores que podríamos definir como «multitarea» o «todoterreno», pues además de tutor y profesor de Historia y de Alemán en el Colegio FEC-Vedruna en Pamplona, ha sido durante seis años director pedagógico de ESO y Bachillerato. Actualmente, está cursando un máster en Nuevas Metodologías y Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación por la Universidad de La Rioja.
-Luis, antes de iniciar la entrevista «pura y dura», ¿podrías darnos un par de razones por las cuales consideras importante saber humanidades?
De entrada, conviene situar al mismo nivel que la Física, la Química o las Matemáticas a materias como el Latín, el Griego, la Filosofía, la Lengua, etc. Uno no puede dejar de estudiar su lengua materna, y tampoco existirían conceptos científicos sin el latín. Estamos acostumbrados a decir que «la gente de ciencias» estudia, reflexiona, analiza datos, etc., pero, de igual manera, los y las humanistas lo hacemos desde la razón y, en el caso de los historiadores, analizamos datos del pasado para extraer conclusiones del presente; por tanto, utilizando, de alguna manera, el método deductivo.
Una segunda razón sería que necesitamos conocer a los filósofos y a las filósofas y sus teorías para plantearnos nuevas preguntas sobre la propia existencia del ser humano, y cuestiones acerca de la vida, la muerte, de dónde venimos, etc. La ética y la filosofía son materias fundamentales para la formación del pensamiento del alumnado, y les gustan siempre y cuando se las expliquen bien.
Las denominadas como «asignaturas de letras» no deben desaparecer nunca, y debemos darles la importancia que les corresponde. No es raro que en puestos de dirección en empresas haya «gentes de letras», y que cada vez se preste más atención a estos itinerarios formativos para puestos relevantes.
-Luis, no es una novedad afirmar que, actualmente, nos encontramos inmersos en un cambio educativo tanto desde el punto de vista metodológico como tecnológico. Desde tu perspectiva como ex director pedagógico de un colegio, y como profesor de Ciencias Sociales y de Alemán que eres, ¿cómo visualizas el futuro educativo? ¿De qué manera crees que se van a impartir materias como la Geografía y la Historia de aquí a unos años?
Esta es la pregunta del millón. Desde hace unos años se habla de innovación y de cambio del modelo educativo; soy de la opinión de que si algo funciona, no hay que tocarlo, pero si sucede lo contrario, conviene modificarlo.
En cuanto al futuro aprendizaje de las Ciencias Sociales, veo claro el uso del flipped learning como herramienta educativa combinado con metodologías inductivas; aprendizaje en dispositivos móviles; libertad de horarios; exigencia de responsabilidades; profesores y profesoras como guías o ayudantes; trabajo colaborativo serio y planificado; preguntas por indagación; retos; desafíos; o proyectos de calidad que, en ocasiones, obvien el tener que aprender de memoria algunos ríos, montes, fechas, etc.
En definitiva, se trata de darle el protagonismo al propio alumnado: que imparta él las clases gracias a una buena base teórica, pues habitualmente somos los propios profesores y profesoras quienes nos cohibimos y no nos atrevemos a que tomen iniciativas. En mi optativa de Geografía e Historia de Navarra he dado «la vuelta a la clase» aún más, y ahora son ellos quienes imparten la clase completa usando el flipped classroom, con actividades previas a las sesiones presenciales, y durante y después de ellas; atendiendo a la taxonomía de Bloom y evaluando de forma diagnóstica, formativa y sumativa; haciendo incluso sus exámenes y corrigiéndolos ellos mismos. Aprovecho para decir que ha sido un éxito y, personalmente, estoy muy contento con el resultado.
-Por otro lado, se ha demostrado que la incorporación de nuevas tecnologías a la realidad diaria del aula debe acompañarse de un cambio metodológico que la sustente. ¿De qué manera compatibilizas tú ambas cosas? ¿Nos podrías contar alguna experiencia de aula en una de tus materias de Ciencias Sociales que aúne cambio metodológico y nuevas tecnologías?
El modelo flipped que utilizo combina la base teórica propia del profesorado actual con el conocimiento tecnológico y pedagógico. Hay que perder el miedo a las herramientas digitales y probar cosas nuevas, intentarlo, ser humildes y pedir ayuda, siempre con ánimo de aprender todo aquello que no se sepa. En este sentido, acudamos a profesoras y a profesores que dominen mejor la tecnología o utilicemos ciertos programas para hacer las cosas de otra manera. Si a nuestro alumnado lo preparamos para el fracaso, que es más importante que prepararlo para el éxito, y le decimos que hay que aprender de los errores, también nosotros y nosotras deberíamos aplicárnoslo a la hora de usar nuevas metodologías en el aula.
Respecto al cambio metodológico y tecnológico aplicado a las Ciencias Sociales, si queremos enganchar a nuestro alumnado y lograr un aprendizaje de calidad y perenne, podemos decirles que vean ciertos vídeos (si están hechos por el profesor, mejor); que investiguen; que hagan una línea del tiempo con un recurso 2.0; que elaboren una entrevista; o que graben un telediario sobre los hechos de la Segunda Guerra Mundial desde ambos bandos para que, además, lo puedan comparar con conflictos actuales. Creo que si conseguimos que un alumno o una alumna sea capaz de mostrar fuera de la escuela que sabe muchas cosas, y lo hace con naturalidad, habremos logrado ya mucho.
En mi caso, normalmente, empiezo mis clases con una actividad de Kahoot o de Socrative para repasar lo que han visto en casa (el vídeo o el material del moodle). Para desarrollar esta actividad, selecciono a un miembro de cada grupo y no a todos, puesto que, de esta manera, obligo a estudiar a todos y así trabajamos un poco la responsabilidad en el grupo. En el caso de 2.º Bachillerato, una vez solucionadas las dudas, planteo preguntas de más nivel para que respondan en grupo, utilizando estrategias como el folio giratorio o los lápices al centro. Una vez aclaradas todas las respuestas, en el último cuarto de hora suelo explicar algún contenido con mayor profundidad y también pongo algún vídeo, fotografía o algo curioso sobre el contenido del día.
Por poner un ejemplo, cuando estudiamos el desarrollismo en la época de Franco, ven mi vídeo explicativo previamente grabado y hacen los tests pertinentes. Posteriormente, en gran grupo hacemos las preguntas de nivel que tienen que ver con este tema pero intentando aplicar los contenidos al mundo actual, y finalmente les pongo, por ejemplo, fotos de Benidorm, de Julio Iglesias, del SEAT 600, algo del NODO o algunas imágenes de Hemingway en San Fermín, para que observen algo diferente a los apuntes.
En el caso de 1.º Bachillerato, los alumnos son los verdaderos protagonistas, puesto que son ellos quienes dan las clases para explicar una lección utilizando el modelo flipped; es decir, les dejo algunas horas de clase para elegir y preparar una lección completa y se distribuyen las tareas a realizar:
- Objetivos que quieren conseguir.
- Un vídeo creado por ellos.
- Un ppt o material con contenido de la lección.
- Un edpuzzle.
- Varias actividades de gamificación evaluables y algunas con nota.
- Una infografía.
- Una pregunta reto.
- Varias actividades inductivas.
- Un examen hecho por ellos y ellas para toda la clase y corregido por el propio grupo.
Mi labor como docente es ayudarles, corregir dudas, animarles a mejorar la exposición del tema (puede durar de cuatro a seis clases) y, a veces, controlarlos un poco.
-¿Qué ventajas crees que tienen en el alumnado estos cambios metodológicos respecto a la clase magistral?
En mi opinión, las metodologías activas y el nuevo rol del profesorado, mucho más activo y sensibilizado con las distintas realidades que nos encontramos en el aula, hace que el modelo flipped combinado con la gamificación, las metodologías inductivas, los retos, etc., sea más positivo que el modelo tradicional.
El primer día de clase conviene explicarles bien en qué consiste la nueva metodología, enseñarles cómo ver un vídeo; cómo tomar notas, etc.; y aclararles que se trata de una forma más autónoma de trabajar. Al principio, supone un esfuerzo tanto para nosotros como para ellos, pero poco a poco se van viendo los resultados. Hay alumnos y alumnas que, en asignaturas como historia, avanzan de manera autónoma y no necesitan casi al profesor; otros, sin embargo, requieren más ayuda y, además de con nuestras explicaciones y cercanía, desempeñan un papel muy importante los vídeos que grabamos, para que ese denominado «profesor en pausa» pueda hacer que el alumno o la alumna entienda la explicación fuera del aula.
Si a esto añadimos las distintas evaluaciones (diagnóstica, formativa y sumativa), un buen trabajo colaborativo y una pizca de juegos evaluables, retos, desafíos, problemas, etc., habremos conseguido que aprendan lo mínimo requerido y que aquel alumnado que avance más deprisa, se sienta también atendido y se cubran sus expectativas.
Es importante pedir feedback a nuestro alumnado para saber si les convence esta metodología de trabajo. En mi caso, lo corroboraron, y me pidieron que lo aplicáramos de nuevo en la segunda y en la tercera evaluación. En el caso de mi optativa en Geografía e Historia de Navarra, incluso son ellas y ellos quienes, como ya he comentado previamente, dan las clases completas utilizando el modelo flipped.
-Desde vuestro colegio, ¿de qué manera le estáis dando respuesta al cambio que se está produciendo?
Hace unos años, la dirección del colegio decidió cambiar la metodología de enseñanza-aprendizaje, y se creó un departamento de innovación educativa. A partir de ese momento, se apostó por el aprendizaje colaborativo, los proyectos, las rutinas de pensamiento, las metodologías activas, etc. Hay compañeros y compañeras que usan el flipped classroom ya desde 2.º de Primaria, y algunos lo hacemos hasta 2.º de Bachillerato. Además, varios profesores y profesoras se han formado en los cursos de Profesores Innovadores; han estado visitando otros colegios que usan flipped o están haciendo cursos de INTEF; tenemos una sesión claustral por evaluación de buenas prácticas, donde vemos lo que hacemos cada uno; se comparten experiencias en blogs o webs; etc.
-¿Cómo definirías al alumnado actual? En tu experiencia como docente, ¿has notado un cambio desde que empezaste a impartir clases hasta el momento actual?
La idea de que ahora los alumnos y las alumnas son menos críticos, menos estudiosos y menos exigentes es algo que «flota en el ambiente» en los últimos tiempos, aunque no estoy del todo de acuerdo. En primer lugar, es el profesorado el que debe exigirse y, posteriormente, no bajar el nivel de su alumnado. Sin querer caer en generalizaciones, pero actualmente muchos profesores y profesoras opinan que su alumnado es menos autoexigente, más crítico con nosotros, más permitido, menos educado y sobre todo menos agradecido. Aunque en esto último sí estoy de acuerdo, también opino que depende mucho de nosotros, los profesores, cambiar esa percepción.
Por otro lado, de unos años a esta parte la dependencia del móvil, el número exagerado de horas que pasan en las redes sociales, etc., hace que la forma en que se comunican, se relacionan y hasta aprendan haya cambiado. Por eso, muchas veces es necesario que nosotros también nos adaptemos. Están acostumbrados a buscar información en su móvil; a leer pdfs en pantalla; a generar contenidos propios; a ver vídeos y responder cuestionarios; a retuitear noticias; etc. Si esto lo aprovechamos para el proceso de enseñanza-aprendizaje y adaptamos parte de nuestros materiales, la forma en que nuestro alumnado llegará al contenido será más directa y más cercana, e incluso pensarán que hasta más moderna.
En mi caso, el tener todo en el moodle y utilizar recursos web 2.0 me ha permitido que mi alumnado esté más comprometido con su propio aprendizaje y sea más efectivo, autónomo, maduro y responsable.
-Actualmente, uno de los temas que más preocupa al profesorado de Ciencias Sociales es cómo potenciar el pensamiento crítico en el alumnado debido a la sobreinformación actual provocada por las nuevas tecnologías, las redes sociales, etc. ¿Cómo trabajas un aspecto como este con tus alumnas y alumnos?
Procuro traer al aula cuestiones actuales que tengan relación con el tema a trabajar, como noticias, artículos de alguna revista, un documental, curiosidades, etc. Lo que les pido es que analicen la información desde distintos puntos de vista. Normalmente, les dejo el móvil en el aula (siempre con las normas de utilización muy claras) o, dependiendo de la actividad, traigo un ordenador por grupo. De esta manera, trabajo la competencia digital, la lingüística, aprender a aprender o las relaciones interpersonales.
En ocasiones, les pido que consulten distintas fuentes relacionadas con una misma noticia para que la aborden desde varios puntos de vista; por ejemplo, hablando del caciquismo y el pucherazo durante buena parte de la historia de España, les traje varios enlaces a páginas que hablaban de la posible intervención de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidenses. Además, aproveché para que buscaran cuestiones relativas al papel de un observador internacional en una jornada electoral de un país no democrático, y a hipotetizar sobre si actualmente se podría producir una guerra cibernética. Algún alumno incluso adelantó el «wanna cry» o ataque cibernético, analizando cómo sería una posible tercera guerra mundial a través de esta nueva forma de ataque.
Actualmente, el exceso de información es tal que debemos enseñarles a comparar y a cotejar la información con, al menos, dos o tres fuentes. Si conseguimos que no se crean lo primero que leen, y que acudan a fuentes serias para contrastar lo que se dice y que hagan el esfuerzo de generarse su propia opinión en base a lo investigado, ya habremos conseguido mucho. Obviamente, esto implica un trabajo extra por su parte y, por tanto, una autoexigencia mayor.
-Otro tema que también inquieta al profesorado de Ciencias Sociales se refiere al papel y a la utilidad que estas deben jugar en un mundo tan tecnificado como el actual. ¿Nos podrías contar alguna experiencia de aula que hayas puesto en práctica con tu alumnado y en la que se perciba una practicidad a lo aprendido en la teoría?
Un ejemplo de cómo entrelazar las Ciencias Sociales con las nuevas tecnologías y de darle una practicidad lo llevé a cabo en mi clase de Geografía e Historia de Navarra. Mis alumnos y alumnas usaron una aplicación web 2.0 llamada Geoaumentaty para generar una serie de rutas por Pamplona, con geolocalización, gps, realidad aumentada y bloques de información, fotos e, incluso, la posibilidad de hacer una ruta tipo yincana. La actividad les gustó mucho, y como la ruta la podían ver en su móvil le vieron una utilidad, además de sentirse autores y autoras de su propio contenido. Otra actividad que hemos puesto en práctica ha sido la elaboración de una web sobre Pamplona, con vídeos, rutas, gastronomía, entrevistas, información de eventos, etc.
De todas maneras, debemos tener claro que no todo tiene por qué ser «interactivo», ya que también se puede hacer un trabajo espectacular con la típica cartulina. Al fin y al cabo, ¿por qué no va a poder convivir lo antiguo con lo nuevo?
Créditos fotográficos
Villanueva, L.
La docencia en un CRA
En nuestro perfil de este número entrevistamos a Elena Fernández González. Elena es maestra de Primaria, estudió Audición y Lenguaje, Educación Infantil y Psicopedagogía. Ha trabajado como maestra de A. L. en Soria, Medina del Campo y El Carpio.
Actualmente trabaja en el CRA (Colegio Rural Agrupado) El Páramo, en las aulas de Geria (Valladolid). Este centro escolar también cuenta con aulas en las localidades de Ciguñuela y Villanubla.
Elena, para situar a los lectores de REd, explícanos cómo es tu escuela y por qué es tan especial.
Mi colegio forma parte de un CRA que cuenta con 366 estudiantes. La mayoría del alumnado está en Villanubla, hay otras dos aulas en Ciguñuela y tres en mi localidad, una para Infantil, otra para 1.º, 2.º y 3.º de Primaria y otra para 4.º, 5.º y 6.º de Primaria.
En Geria hay actualmente 22 alumnos y alumnas. Geria es un pueblo con unos quinientos habitantes que está a pocos kilómetros de Valladolid, a 24 km de Villanubla y a 18 km de Ciguñuela. La actividad predominante es la agricultura, pero, dada la cercanía a la ciudad, mucha gente trabaja en Valladolid.
Os voy a contar por qué creo que mi escuela es especial.
Yo llegué hace ocho años. El nombre que figura en la fachada es «Escuelas de la Testamentaría González de la Mata y Riaza», porque, a finales del siglo XIX, un maestro, Manuel González de la Mata y su mujer, Micaela Riaza, que murieron sin descendencia, dejaron en herencia todos los bienes conseguidos a lo largo de su vida para que se hiciese un colegio en el pueblo natal de él, para que así pudieran acudir todos los niños y niñas del pueblo. También dejaron mucho dinero para becas, destinadas a que los jóvenes de la localidad pudieran estudiar Magisterio. Se sabe que con esas becas pudieron estudiar al menos seis maestros y maestras. La escuela data de 1897, trece años después de la muerte de Manuel. Su mujer, Micaela, no paró hasta que vio cumplida la voluntad y la ilusión de su marido. Desde entonces, en este pueblo todos y todas han tenido la oportunidad de ir a la escuela, de aprender a leer y escribir, de tener libros, material escolar, babis..., ¡todo un sueño para la época! Esto ha ido calando generación tras generación.
Se palpa en el ambiente el interés que tienen por la cultura, en general, y por los estudios, en particular; la importancia que dan al esfuerzo, a la dedicación y al estudio... Una prueba de esto es el lema de las escuelas: IHIL DULCIUS QUAM LABORIS FRUCTUS, «nada hay más dulce que el fruto del trabajo».
A pesar de estar muy cerca de una ciudad grande, los niños y las niñas siguen saliendo mucho a la calle, tienen variedad de actividades, pero, sobre todo, tienen mucha tranquilidad. Este estilo de vida, según mi opinión, genera un entorno propicio para que crezcan felices y tengan todo a favor para tener éxito educativo. Las familias también piensan así y esto explica que elijan esta escuela aunque tengan otras cerca en Valladolid o Simancas donde muchas familias trabajan.
En cuanto al edificio puede decirse que conserva bastante parecido con el original. Antes cabían ochenta niños y ochenta niñas, ya que tiene dos aulas gemelas. Ahora cada aula se ha dividido en dos, lo que significa que hay cuatro clases, no tan grandes, pero que mantienen la misma altura y algunos elementos intactos, como las ventanas y el techo de madera. Encima de estas aulas estaba la casa de los maestros; hoy es el centro de ocio y la sede de la asociación de mujeres del pueblo.
En el exterior del edificio, al lado de donde antiguamente estaban las leñeras, hemos hecho un huerto ecológico y un jardín de plantas aromáticas y de temporada. En el huerto hemos plantado borraja, ajos, lechugas, tomates, cebollas o calabazas, entre otros cultivos. Precisamente, esta semana hemos cogido los romanescos y los hemos cocinado en el cole para probarlos. Intentamos aprovechar todo lo que el huerto produce, por ejemplo, en noviembre envolvimos en periódico los tomates verdes para parar su maduración y los embotamos en vinagre para conservarlos; fue una actividad muy interesante para los niños y para las niñas.
En la introducción a esta entrevista ya se ha hablado un poco de ti, pero vamos a profundizar más en tu vida profesional. ¿Por qué elegiste ser maestra?
Era mi vocación, nunca quise ser otra cosa ni me imagino trabajando en algo distinto.
¿Has trabajado en otros centros antes de incorporarte a este? ¿Cómo fue tu experiencia?
En general, mi experiencia ha sido buena por donde he ido pasando, pero en este centro me he encontrado muy bien desde que llegué. Siempre había sido maestra de Audición y Lenguaje hasta que vine aquí para ser tutora; todo fue absolutamente nuevo, pero nunca dejas de aprender e innovar.
He estado con 4.º, 5.º y 6.º hasta este curso, que he cambiado con mi compañera Marta y ahora soy tutora de 1.º, 2.º y 3.º de Primaria.
¿Cómo llegaste a este centro? ¿Por elección propia o por otras circunstancias? ¿Cómo te imaginabas que era? ¿Coincidieron tus ideas con la realidad?
Llegué por elección propia; en el concurso de traslados siempre he pedido los pueblos antes que la ciudad y ya hace años que no concurso a Valladolid capital. Una vez en el CRA, elegí esta localidad entre las tres que lo conforman.
La primera vez que trabajé en una escuela rural me sorprendió casi todo; en la universidad se olvidan de esta educación, no tenía mucho conocimiento de sus circunstancias.
¿Cuál es tu opinión sobre el medio rural y sobre su escuela? ¿Crees que está cambiando?
Creo que la escuela rural es una parte olvidada dentro de la educación. Yo defiendo, como ves, la escuela rural y quiero dar a conocer una escuela como la mía o la de Ciguñuela, por ejemplo, para que se destierre la idea de educación de segunda y se sepa que es una educación de calidad.
La idea de escuela rural está anclada en el pasado, hoy todo está globalizado, los niños no necesitan tener el entorno cerca para conocer algo, tienen Internet y, en el momento, tienen acceso a cualquier información. En mi colegio hay una pizarra digital en cada aula desde hace muchos años; tenemos ordenadores y, desde tercero, las niñas y los niños trabajan diariamente con tabletas. Las familias acogieron muy bien esta propuesta que vimos en algún centro concertado y la llevamos a cabo de manera muy similar. Nuestro alumnado hace esquemas utilizando una app, hacen presentaciones, editan fotos, reciben y envían los deberes, hacen collages o vídeos, trabajan contenidos con plataformas educativas digitales...
Somos una escuela rural por el entorno rural en que nos enmarcamos pero tenemos iguales recursos que los centros considerados de «élite educativa».
¿Cuáles son las fortalezas y los beneficios de una escuela como la tuya?
Una ventaja es que se rompe la barrera de la edad: los niños y las niñas aprenden, a veces, escuchando a sus compañeros mayores; otras veces, tienen más tiempo para adquirir el contenido que el que tendrían en un aula con solo niños y niñas de su edad. En el colegio, cuando hacemos algún trabajo o terminamos un proyecto se expone a todos los integrantes del centro y así los pequeños escuchan las explicaciones de sus compañeros y compañeras mayores.
Otro punto a favor es que aprenden a esperar mientras estás explicando a los alumnos y alumnas de otro curso, lo que les hace más autónomos, a la vez que se fomenta el trabajo en colaboración en lugar del competitivo. Es interesante ver cómo, al ser grupos pequeños, colaboran y avanzan más que de forma individual.
Para mí la mayor ventaja es que se da una educación personalizada donde podemos tratar a los niños y a las niñas de forma diferente, de acuerdo con sus necesidades, para llegar a un mismo fin. Aquí las dificultades que pueda tener un alumno o una alumna se nota menos que en un centro grande. Hay que tener en cuenta que el fracaso escolar está relacionado con la ratio.
Y otra ventaja es que se gestionan mejor los recursos personales. Al pertenecer a un CRA, tenemos casi todos los recursos de un centro grande, la comunicación con las otras localidades es muy buena y compartimos profesorado especialista todos los días, además, algunas actividades las realizamos en la cabecera, que es Villanubla. Otra prueba es que no toca el timbre entre clases, podemos aprovechar unos minutos más en el patio si hace sol después de varios recreos lloviendo...
Dinos cuáles son los principales problemas con los que se enfrenta un CRA como el tuyo en el día a día.
Son pequeñas desventajas al lado de lo que he expuesto.
Quiero reconocer el esfuerzo y la superación del plus de dificultad que realizan otros compañeros y otras compañeras en otras escuelas rurales que hacen cientos de kilómetros a diario, y que nosotros, por ser un pueblo del cinturón de Valladolid, no tenemos.
Sin embargo, sí tenemos las ventajas y, a veces, desventaja de ser poquitos. Por ejemplo: los niños deben trasladarse a otra localidad para poder hacer algunas actividades como cuentacuentos o conciertos que, a veces, no se hacen en la nuestra; el equipo de Orientación está desbordado en la cabecera, así que nosotros, que no tenemos dificultades importantes de atender, tenemos menos dedicación por su parte.
La mayor desventaja de los niños y de las niñas es que, al ser pocos de cada edad, normalmente dos o tres, tienen pocos compañeros y compañeras con quien ir compartiendo su experiencia educativa y no siempre el compañero de su edad es el que elegirían de entre otros muchos compañeros.
Otra desventaja es que, por ejemplo, son pocos para formar un equipo y jugar al fútbol.
¿Resulta difícil organizar la clase con alumnado de diferentes edades? ¿Crees que esta situación favorece o desfavorece el proceso de enseñanza-aprendizaje en el alumnado?
Para el profesorado es muy laborioso, planificas y organizas al detalle las clases como si estuvieras haciendo malabares para que se aproveche al máximo el tiempo y todos estén trabajando aunque estés dedicada en ese momento a un solo curso. Otras veces se trabaja con todo el alumnado a la vez, porque hay contenidos que lo permiten; a veces, cambio el orden de los temas para que coincidan pero, siempre doy el temario que le corresponde a cada curso como si fuera tutora de un solo nivel.
Cada curso tiene su tiempo de dedicación y momentos de trabajo individual una vez que la lección ha sido explicada. De esta manera no hay diferencia con niños y niñas que van a clase de un solo nivel y sí se benefician de ver a compañeros y compañeras mayores trabajar; no suelen acomodarse al nivel de los más pequeños, sino al revés, los mayores tiran del grupo.
¿Cómo es un día en tu vida en la escuela?
Un día cualquiera comienza con las mochilas guardando turno en la fila mientras los niños charlan a la entrada del cole. Les gusta llegar un poco antes para ser los primeros. Cuando suena la campana de la iglesia, por cierto, dos minutos adelantada, entran y hacemos asamblea, hablamos de la temperatura en el termómetro, la hora que es, la estación, el estado de ánimo y después, buscan en el diccionario la palabra del día. Si han viajado a algún sitio pegan su foto en el mapa.
El aprendizaje es muy experimental, manipulan para aprender.
En el recreo, los mayores leen el periódico y las profes tenemos que esperar nuestro turno, se entretienen hasta con la bolsa que contiene el periódico; juegan a Cemento y yo juego a veces con ellos; comparten el almuerzo; charlan; a veces viene Naranjito, que es un gato que viene a ver si sobra algo de los almuerzos. Antes de entrar en clase, se lavan las manos y los dientes.
Cada quince días viene el Bibliobús a la puerta del cole, que me parece un lujo. Leemos un rato al día y, en ese momento, están mucho más entretenidos que jugando con juguetes.
Los viernes salen bailando al ritmo de Chocolate, choco choco.
Aunque casi es difícil encontrar un día normal en esta escuela. Nos gusta hacer muchas actividades: vamos al mercado; cocinamos; salimos al huerto a regar, plantar, recoger, embotar tomates; hacemos convivencias con las otras localidades; salimos a dar paseos de educación vial por el pueblo, a plantar árboles con Belén...
Celebramos a lo grande los días, como el de la Constitución; este año hemos trabajado la igualdad y hemos hecho fotos, las hemos recortado como un puzle para formar caras diferentes pero iguales en derechos y oportunidades. En Halloween, decoramos el centro con calabazas de nuestro huerto, las vaciamos y secamos las pepitas para hacer pipas, nos disfrazamos terroríficamente, celebramos el otoño con dulces y productos de temporada que traen las familias al recreo y salimos a hacer truco o trato por el pueblo.
Para Navidad hemos hecho, entre otras actividades, turrón y hemos celebrado en el auditorio del ayuntamiento un festival de danzas del mundo. Algunos años hemos hecho musicales con música en directo, trajes, plantas de verdad y pintura de cara.
Para Carnaval hemos trabajado el reciclaje, nos hemos disfrazado aprovechando esta temática para realizar actividades didácticas, por ejemplo, unos iban de contenedores y otros les daban la mano, así el verde llevaba de la mano, entre otros, a un niño disfrazado de tarro de mermelada, el amarillo llevaba de la mano a uno de cartón de leche y a otro de zumo…, para así buscar el residuo intruso. Después, acabamos con chocolatada y desfile por el pueblo.
Ya estamos pensando qué hacer para el día del padre. En muchos colegios ya no se hace porque hay circunstancias familiares más complicadas que nosotros no tenemos aquí.
Para fin de curso este último año hicimos un concurso de masterchef entre padres e hijos y después hubo fiesta es la piscina del pueblo. Las familias colaboran en todas estas actividades y en la tarea diaria de sus hijos e hijas, están muy pendientes de su aprendizaje. Yo diría que la relación entre el centro y las familias es muy buena, y no solo con los padres y madres, sino también con los abuelos y las abuelas y otros familiares a los que pongo cara y conozco desde hace tiempo
¿No crees que hacer tantas actividades complementarias en las que se «pierde tiempo» para dar contenidos puede pasarles factura académicamente?
Estoy segura de que están recibiendo una verdadera formación integral, y no solo lo pienso sino que es un dato objetivo, por ejemplo, cada año, cuando llaman del instituto para ponernos en contacto antes de que los estudiantes empiecen el curso en septiembre, nos dicen que el alumnado que viene de Geria, igual que el de Ciguñuela, es garantía de alumnos y alumnas trabajadores, colaboradores, respetuosos, autónomos y con un nivel académico por encima de la media. Más de una vez, nuestro alumnado ha ganado o ha quedado finalista de una yincana de conocimiento que se hace en el día de puertas abiertas del instituto para los alumnos y las alumnas que van a entrar el próximo septiembre; este año, precisamente, lo han vuelto a ganar nuestras alumnas y alumnos, Carla, Carolina y Óscar.
¿Cómo sería tu escuela ideal?
Pasaría por tener de una vez un pacto educativo entre los partidos políticos y el resto de agentes educativos para así poder tener estabilidad en la base y poder dedicar mucho más tiempo a la práctica docente y menos a actualizar nuestras programaciones constantemente.
Por lo demás, sería muy parecida a la escuela de Geria, pero sin la incertidumbre de la ratio y la amenaza de cerrar unidades por falta de niños y niñas.
Por último, cuéntanos lo que quieras sobre tu profesión, tu escuela... que consideres relevante.
Quisiera pensar que he podido acercar la escuela rural a quienes no la conocen de cerca. Los profesores y las profesoras, las familias de los niños y de las niñas que asisten a este tipo de escuelas sí conocemos y sabemos que la educación que reciben en estos centros es de calidad humana y académica.
Hace poco leí un artículo de la escuela rural donde se revindicaba que Castilla y León suele dar la talla en las pruebas PISA en comparación con otras comunidades, y pienso que, en parte, hay que agradecerlo al alto número de escuelas rurales que tenemos.
Creo que se debería cuidar la escuela rural porque ofrece una educación de primera; un pueblo sin escuela sí que sería un pueblo de segunda.
Fotografías realizadas y cedidas por Elena Fernández
Agradecimiento a los niños y niñas: Lara, Carmen, Adriana, Ainhara, Ana, Marcos y Candela
De la investigación a la docencia
Ana Belén Ruiz es una de nuestras autoras de Biología y Geología y de Cultura Científica de enseñanza secundaria. Realizó su doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad de Valencia y desarrolló su investigación en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Valencia sobre modificaciones epigenéticas de la cromatina y en el National Institute for Medical Research de Londres sobre la regulación de la respuesta al estrés y del ciclo celular. Además, tiene una amplia experiencia docente ya que ha sido profesora de Secundaria y Bachillerato durante más de diez años en diferentes institutos públicos de la Comunidad valenciana. En la actualidad, ha vuelto a retomar su labor como investigadora en un proyecto sobre la interacción entre las plantas y los virus que las infectan, llevado a cabo en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias.
Mi vocación científica surgió muy pronto, ya durante mi época de Educación Primaria, tomé la decisión de estudiar Biología. Sentía una enorme curiosidad sobre cómo era posible que a partir de una única célula y gracias a unos “genes”, que entonces desconocía completamente, podía llegar a formarse un ser humano.
Casi todos hemos tenido un profesor o una profesora que nos ha influido en nuestras vidas. En tu caso ¿existió ese profesor «influyente»?
Debo decir, para ser justa, que todos mis profesores de ciencias han fomentado mi vocación científica, pues yo adoraba estudiar sus asignaturas.
Sí recuerdo con especial cariño y admiración a mi profesora de Ciencias Naturales de primero de BUP, gran amante de la genética, con la que disfruté mucho. Ella siempre respondía con agrado y paciencia a mis continuos interrogatorios, porque yo siempre quería saber más.
Al finalizar tu doctorado, emprendiste la tarea docente a la que te has dedicado durante más de diez años ¿Por qué tomaste esa decisión?
Dedicarme a la docencia no fue una decisión totalmente voluntaria. En España es muy difícil vivir de la investigación. En aquel momento necesitaba buscar otra salida profesional y para mí era claro que esa salida era la docencia.
Son dos profesiones que tienen mucho en común, son dos pilares fundamentales de nuestra sociedad y permiten desarrollar la creatividad. Si no me podía dedicar a la ciencia decidí que lo que quería hacer era educar. Creo que la docencia es realmente una profesión privilegiada y un auténtico reto. Conseguir que los estudiantes aprendan es muy satisfactorio, y también lo es todo lo que tú como docente aprendes de ellos.
La docencia es un auténtico reto…
¿Crees que tu experiencia como científica, al margen de tus conocimientos, ha aportado un «Valor añadido» a tu labor docente?
Estoy segura de que así ha sido. Como he comentado antes, creo que la docencia y la investigación tienen mucho en común. En realidad, enseñar requiere también de constante investigación y pienso que es muy enriquecedor para un docente estar o haber tenido contacto con ella.
… enseñar requiere también de constante investigación
¿Cómo ves la vocación científica entre el alumnado actual? ¿Crees que el sistema educativo favorece que surjan estas vocaciones?
Mi impresión es que la vocación científica está un poco en crisis entre nuestro alumnado, y recuperarla depende en gran medida de nosotros, los docentes. El sistema educativo no nos favorece en este aspecto, al menos en sus planteamientos básicos.
¿De qué manera crees que se podría fomentar el interés por la ciencia y la investigación entre los estudiantes?
Por parte de las administraciones educativas existen programas promovidos por los centros de investigación y por las universidades, en los que los centros pueden participar, que pueden resultar muy interesantes en este sentido: prácticas en universidades, olimpiadas de ciencias, programas de intercambio, etc. Y por supuesto podemos fomentar el interés por la investigación en el aula, mostrándoles la ciencia como un proceso dinámico y creativo del que ellos pueden ser partícipes. Se trata de que vean la ciencia como un componente más de sus vidas.
Es evidente que sin ciencia no hay avances, sin embargo, la crisis económica en España ha llevado a realizar recortes de presupuesto en investigación. ¿Cómo ves esta situación? ¿Crees que vamos a mejor o a peor en un futuro a medio plazo?
Actualmente la ciencia en España está en crisis. Seguramente la sociedad no es consciente del retraso que hemos experimentado. En este sentido, y siendo bastante crítica, debo decir que el problema no está solo en los recortes económicos, que son por supuesto importantes, sino también en la forma en que se gestionan los recursos. Creo que, además de presupuesto, hace falta una política científica más eficaz en España. Muchas veces nos encontramos con situaciones en las que los investigadores se enfrentan a numerosas trabas burocráticas, que les impiden obtener un rendimiento máximo de los recursos de los que disponen.
¿Se hace investigación de calidad en España?
Rotundamente sí, se hace investigación de calidad en España, a pesar de disponer de recursos mucho más limitados que otros países. La calidad de los científicos españoles es, además, muy valorada fuera de nuestras fronteras, lo que hace que muchos de ellos desarrollen su investigación en otros países. Esto es algo que debemos evitar a toda costa, pues es una pérdida incalculable para nuestra sociedad.
¿Por qué crees que nuestros científicos y científicas estáis tan valorados fuera de nuestro país?
Creo que los científicos y científicas españoles estamos muy bien formados. Por otra parte, la carrera científica es muy dura en España, mucho más que en otros países, y está poco valorada por la sociedad, por lo que la gente que se dedica a la investigación en este país es realmente vocacional.
La carrera científica es muy dura en España, mucho más que en otros países, y está poco valorada por la sociedad…
Si pudieras investigar sin límite de presupuesto, ¿qué investigarías?
Para mí esta pregunta es difícil de contestar. En la actualidad me apasiona el tema que investigo. La verdad es que a lo largo de mi trayectoria he trabajado en diferentes áreas de conocimiento y he disfrutado mucho con todas ellas. Lo que verdaderamente me gusta es enfrentarme a un problema biológico y, una vez inmersa en él, me resulta muy interesante. Además, las conexiones en la biología son impredecibles. Sin ir más lejos, hay claras conexiones entre mi investigación actual y otros temas con los que he trabajado en el pasado. Durante mi estancia posdoctoral, trabajé en rutas de señalización que se activan en las levaduras como respuesta al estrés. Pues bien, estas rutas, que están conservadas en las células eucariotas, se activan también en las plantas cuando estas son infectadas por un patógeno.
Según el Libro Blanco: situación de las Mujeres en la ciencia española de la unidad de Mujeres y Ciencia, existen grandes diferencias de género en ámbito científico. Por ejemplo, menor promoción de la mujeres a puestos de responsabilidad, bajo porcentaje de mujeres en las Reales Academias, reconocimiento escaso de la labor de las científicas a través de premios, doctorados honoris causa, etc. ¿Qué opinión te merecen estos datos?
Estos datos son el reflejo de lo que ocurre en general en nuestra sociedad, trasladado al ámbito de la ciencia. Nos queda aún un camino muy importante por recorrer en la igualdad entre hombres y mujeres. En este tema es de vital importancia la educación que damos a nuestros hijos e hijas. Está en nuestras manos, como padres y como docentes, avanzar hacia una sociedad de personas y no de sexos. En este punto yo soy optimista, y veo en las aulas actuales una mayor igualdad, que espero se refleje en la sociedad futura.
Está en nuestras manos, como padres y como docentes, avanzar hacia una sociedad de personas y no de sexos.
¿Crees que el hecho de ser mujer te ha cerrado puertas en el mundo de la investigación? ¿O en el de la docencia?
Personalmente, he tenido la suerte de no sufrir discriminación ni en mi carrera científica ni en mi carrera docente. Sin embargo, sí he visto este tipo de discriminaciones, como por ejemplo mujeres que no han conseguido un contrato por tener hijos o estar en situación de tenerlos. El mundo de la ciencia es muy competitivo y no está exento de injusticias como esta, o como la falta de reconocimiento en otros casos.
Por último, ¿recomendarías a tus alumnos y tus alumnas dedicarse a la investigación? ¿Qué les dirías para motivarlos?
Yo siempre he recomendado a mis alumnos y alumnas que se dediquen a aquello que más les apasiona. Creo que es un derecho del que todos deberíamos disfrutar y al que debemos aspirar. Si lo que les gusta es la investigación, les recomendaría que persiguieran su sueño sin miedo a fracasar, pues la satisfacción de conseguirlo, incluso aunque solo sea por un período de sus vidas, es un sentimiento realmente maravilloso. Así lo fue para mí, y cuando dejé de dedicarme a la investigación no lo viví como un fracaso, sino todo lo contrario. La docencia y la oportunidad de escribir libros de texto, algo que nunca pensé que haría, también me han proporcionado mucha felicidad. La vida está llena de oportunidades de desarrollar nuestras inquietudes y hay que aprovecharlas.
La docencia y la oportunidad de escribir libros de texto, algo que nunca pensé que haría, también me han proporcionado mucha felicidad.